Hola a todos,
Como os dije voy a intentar llevar una periodicidad de entradas. Además vamos a tratar temas más allá de los Sistemas de Retención Infantil.
Como os dije voy a intentar llevar una periodicidad de entradas. Además vamos a tratar temas más allá de los Sistemas de Retención Infantil.
Hoy os voy a contar mis sensaciones durante la prueba de
un vehículo eléctrico, concretamente una Reanult Kangoo.
Lo primero es dar las gracias a Patricia de AVVE y al
personal de STS Control por hacer posible realizar esta prueba.
Vehículo cedido por STS Control |
Llevaba tiempo queriendo probar un vehículo eléctrico,
pues por mi trabajo hablo bastante de la conducción eficiente y de diferentes
tipos de combustibles como alternativas a los combustibles fósiles, y para ello
es imprescindible estar al día y tocar otros tipos de vehículos.
Había oído hablar de la capacidad de aceleración y de la
suavidad por lo que no me sorprendió no oír ningún ruido, a pesar de los cuatro
años que tenía el vehículo y estar destinado a un uso laboral, lo que dice
mucho del resto de sus componentes.
El vehículo dispone de dos modos de funcionamiento, uno
ECO que limita la velocidad a 90 km/h y otro FULL que da una velocidad máxima
de 130 km/h. Evidentemente esto conlleva una diferencia de aceleración y una
diferencia de consumo, siendo más que suficiente el modo ECO para movernos por
ciudad e incluso con este modo estaríamos en el límite de velocidad máxima en
autovía y autopista, fijaros que es un furgón y la velocidad máxima es 90 km/h.
En cualquier caso con el modo FULL nos garantizamos una buena aceleración para
las incorporaciones y adelantamientos, situaciones que preocupan mucho a los
escépticos de este tipo de vehículos.
Observando su cuadro de instrumentos varias cosas me
llamaron la atención. En lugar de nivel de combustible, vemos el nivel de la batería.
En el centro el velocímetro, eche en falta el cuentarevoluciones, pero al ser
totalmente automático no hay cambios de velocidad y no es necesario. Otro
detalle que nos desvela que es un vehículo eléctrico es el consumo de su
ordenador de a bordo, expresado en kwh/100
Además durante este proceso no solo no hay consumo, si no
que al mismo tiempo se recargan las baterías, mediante el freno regenerativo.
Con esto nos encontramos con un vehículo que consume menos en ciudad que en
carretera, debido a que hay más deceleraciones, justo al revés que los
vehículos alimentados con combustibles fósiles.
Así se refuerza el hecho que para un ámbito urbano y metropolitano
el vehículo eléctrico es ideal, pues reduce la contaminación ambiental y
acústica, dónde más personas conviven y su consumo es menor pues se van
produciendo breves recargas en las deceleraciones.
En cuanto a su aceleración es espectacular, hasta en el
modo ECO, ahora entiendo cuando nos referimos a un motor de gasoil o gasolina
que tiene una curva de potencia plana le decimos que es un motor eléctrico. En
cuanto a las recuperaciones no tienen comparación con un vehículo convencional,
pues además al no tener caja de cambios no hay que escoger la relación de
cambio adecuada, simplemente hay que dejar caer el pie en el acelerador y su
motor se llena de potencia, facilitando esta situación a los conductores menos expertos.
Todo esto en un vehículo eléctrico de hace cuatro años, no
quiero ni pensar cómo deben funcionar los de última generación. Os prometo que
si pruebo algún vehículo más moderno, os lo contaré.
En conclusión es una lástima que no tenga que cambiar de
vehículo en un futuro a corto plazo, porque lo tendría claro, me plantearía
comprar un vehículo eléctrico.
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